Ok!!Soju!!!


Este blog toma el nombre de la bebida más tradicional de Corea. En Ok!!Soju!! trataré de postear las cosas más destacadas del día a dia durante mi viaje y espero que al final sea como una epecie de diario, iré mejorándolo poco a poco. Sin embargo, trataré de no le pedirle deseos y de no hablarle como si fuera un ser superior. Me gustaría postear todas las semanas pero ya veremos como se nos da. Un abrazo desde Seúl.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Lotte World


El castillo de Lotte World

Cuando se trata de coger los hallazgos de occidente y reinterpretarlos para darle un sentido totalmente propio los coreanos tienen una arte especial. Hace algún tiempo estuve en un parque temático que se llama Lotte World. Lotte es una empresa que en un principio se dedicaba a la venta de loterías, luego se reconvirtieron en una hamburguesería y ahora es un conglomerado industrial internacional con miles de franquicias y entre otros negocios han puesto en marcha un parque de atracciones.
En esencia, es una copia bastante burda de Disney y hasta el logo del castillo es igualito pero con alguna torre de menos. Lotte World es como la imitación del rastro de Disneyland.

¿Coincidencia?

Lotte World es la ñoñería llevada al extremo y entrar en su universo es como de estar sumergido en un tarro de mermelada de piruleta. Las tonadillas infantiles retumban en los oídos al tiempo que los payasos y los castores de peluche se pasean a sus anchas haciendo carantoñas y alegrando al personal.


Peluches

Tengo que admitir que pese a hacerme sentir como una niña cursi, Lotte World me encantó. Se podrían sacar lecciones igual de interesantes de Lotte World que de Learning From las Vegas y sería una buena tésis sin duda. Lotte World es un como una gota de fairy en medio de una ciudad poblada por rascacielos, el lago que rodea el complejo es totalmente artificial y nada excepto el dinero que puso la empresa para comprar el terreno parece indicar que sea el lugar para poner un parque de atracciones. El parque tiene una zona climatizada interior y otra a la intemperie. La zona a la intemperie no se diferencia mucho de cualquier parque un poco cutrecillo -todo hay que decirlo- de los que nos podemos encontrar por España. Sin embargo la magia de Lotte está en el interior.

Lotte World está conectado con la red de metro por lo que ni siquiera hace falta salir a la calle para acceder al complejo. La zona cubierta es una cúpula semicilíndrica de unos 200 metros por 60 (una salvajada) bajo la cual se pueden ver todo tipo de montañas rusas, espectáculos con fuego, conciertos, barcos oscilantes, puestos de gominolas e incluso una pista gigante de patinaje sobre hielo. El espacio interior tiene unas 7 plantas de altura y por lo menos 3 o 4 bajo rasante.


Vista aérea de Lotte World

Es alucinante como se cruzan todas las atracciones en el interior, algunas de ellas tienen recorridos de más de 10 minutos e incluso hay atracciones de agua con saltos de altura de 2 o 3 pisos y todo esto sin despeinarte, pasar frío en invierno o calor en verano.

Al igual que en Port Aventura, Lotte World tiene las atracciones diferenciadas por zonas y si te despistas pasas de estar en algo que quiere ser el barrio Montmartre a una versión todavía más bizarra de lo que un coreano entiende de una medina. En definitiva, un espectáculo de la arquitectura de cartón piedra.


El átrio de Lotte World

Además de todo esto Lotte World tiene un escenario principal en el que tocan bandas de tercera regional para amenizar la velada. Cuando estuvimos nosotros, estaba tocando una banda de filipinas que desgranó como pudo uno a uno todos los éxitos de K-pop del momento. Todo parecía normal hasta que un foco se fijó sobre una jóven del público...Su cara era un poema y mostraba con azoro que no sabía la que se le venía encima. Se paró la música y la pantalla gigante de leds de detrás del escenario se iluminó mostrando la cara de un hombre de unos treintaitantos.

El jóven empezó a hablar y a medida que avanzaba en su discurso la chica parecía más nerviosa tocándose el pelo y cubriéndose la cara entre sollozos. Finalmente la hicieron subir al escenario, la pantalla gigante de leds se abrío y del centro salió su amado vestido de blanco y con un ramo de doce rosas rojas. Se arrodilló ante ella, le pidió la mano y cuando hubo terminado, ambos cantaron su canción favorita delante del público entre el que me encontraba yo completamente pasmado.


Rosa

Y es que parece ser que en Corea las declaraciones de amor públicas están a la orden del día. Sin ir más lejos un compañero mío de clase que canta en el grupo de música de arquitectura paró el concierto para declararle su amor inconfeso a otra chica de clase. Hasta aquí todo "normal". El matiz es que lo hizo delante de los padres de la chica. L'amour l'amour...

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